jueves, 8 de marzo de 2012

Donde todos acabamos

Parece ser que hoy es el día de la mujer. Es más, parece ser que hoy es el día de la mujer trabajadora. Efectivamente, alzo los ojos de mi ordenador y veo a 10 personas, seis de ellas del sexo femenino. Pero las mismas que estaban ayer, y que (esperemos que no haya sobresaltos) estarán mañana. ¿Tiene sentido que las felicite hoy, si ayer no lo hice? ¿Van a trabajar hoy más que mañana? No creo. Confío en su profesionalidad.

A las mujeres que trabajan fuera de casa les puede gustar más o menos su trabajo, cobrar más o menos, o ver cumplidas sus aspiraciones profesionales en mayor o menor medida, pero a fin de mes les llegará una nómina igual que a cualquier hombre que esté en sus mismas condiciones. Es decir, hay una recompensa lógica y económica por su trabajo.

Pero hay unas personitas de las que muchas veces no valoramos todo el trabajo que hacen y la ayuda que prestan. Son gente con voz rasgada y rugosos al tacto. No suelen ser esbeltos ni estar en muy buena forma, pero son una fuente de conocimiento, cariño y entrega envidiable. Lo que le gustaría tener a cualquier empresario en su empresa. ¿Pasas? No, abuelos.

Sé que los abuelos tienen su "Día" en algunos países, pero no en todos. Que tienen actuaciones especiales en algunos colegios, pero no en todos. Que ven recompensados sus esfuerzos en muchos casos, pero no siempre.

Este post es un pequeño homenaje a los abuelos, esos canguros gratuitos que entre pastilla y pastilla bajan al parque para sentarse en un banco al sol custodiando una mochila de Dora la Exploradora, propiedad de su nieta que está en el tobogán.

En publicidad, no pasa desapercibido ese sentimiento entrañable que generan los padres de nuestros padres. Es una vía que se ha explotado de varias formas, empezando por la entrañable y más sentimentalona.



Otra muestra de este uso de los abuelos como medio para despertar ternura es el spot que viene a continuación (ya tiene sus años). Aunque la calidad no es muy buena, se aprecia la intención de la buena señora.



Muchas veces ser abuelo no es fácil, porque los nietos no salen como a uno le gustaría ("¡Ay si yo fuera tu padre..!", repiten frecuentemente cuando algo no es de su agrado). Y es que tienen razón, al "nietecito" del siguiente spot le hacen falta dos tortas bien dadas. En el momento en el que dice la palabra "aborrecido", el alma cándida en cuestión se había tragado ya todo el queso de bola.



Eso sí, en cuanto no están cuidando de nosotros o preocupándose(aunque nos repitan veinte veces las cosas), se les echa tanto de menos como estos niños.



En fin, que sí, que feliz día a la mujer trabajadora. Hoy y mañana y toda la semana. Y mes, y año, y siempre. Pero que no olvidemos de dónde venimos... Ni a dónde vamos. Que todos acabaremos así.

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